Aun podía escuchar disparos a lo lejos, tenían que sacar a los heridos y aquellos incesantes sonidos no lo tranquilizaban para nada, el piloto recibía constantes transmisiones de que la misión se movía sobre ruedas, pero aun así podía sentir que algo saldría mal.
Para su sorpresa, la evacuación termino bien, por lo que tuvieron luz verde para salir, se colocó los arneses, tomo su rifle y se sujeto de la correa. El helicóptero levantó y comenzaron a moverse hacia el oeste, un poco mas tranquilo guardó su rifle y sacó de su bolsillo una carta, la fina caligrafía lo hizo sentir confortado y casi puso una sonrisa al ver las letras mayúsculas al fina de la carta…que hermosa letra…
Las sirenas de alerta comenzaron a sonar, el miro hacia fuera del helicóptero y lo que vio lo dejo tan aterrado que sintió que se le doblaban las piernas. Una ola de escombros se movía hacia el mientras una gran columna de fuego se alzaba sobre las torres de los edificios, la onda expansiva tiraba los edificios mas pequeños y los mas altos quedaban destrozados en sus pilares.
Trato de colocarse lo mas firme posible el arnés y solo logró gritar de horror al ver que la ola los alcanzaba, el helicóptero se salio de control, comenzó a girar vertiginosamente. Uno de los rescatistas salio volando hacia la marea de fuego y un pedazo de metal retorcido paso rozándole la cara mientras apuñalaba a un herido en el corazón. La sangre comenzó a brotar y el hombre gritaba pues el metal estaba al rojo vivo. No podía hacer nada por el, de repente vio como la ola los tragaba mas y mas hasta que vio una pared frente a la portezuela…el sonido del fierro retorciéndose, una explosión, gritos y después…silencio.
Un grupo de limpieza entraba en la ciudad, jamás habían visto escena tan horrible, cuerpos calcinados por doquier, aliados, enemigos y civiles, todos muertos de la forma mas espantosa posible. Miraba esto mientras caminaban por las calles desoladas buscando los objetos Intel. Registraban cada cuerpo, cada pedazo de metal que pareciera sospechoso, los papeles que pudieran contener información, todo. Tomó un pedazo de papel que estaba quemado, todo quedaba ilegible, excepto por dos palabras escritas en mayúsculas al final del documento, dos palabras que estaban echas en caligrafía muy fina “te amo” leyó y pensó en quien sería la pobre mujer que jamás volvería a saber nada de su hombre amado…
“iré por ti este navidad, prepárate no me olvides, también te amo muchísimo”. Esa nota le llego en verano, hace dos años. Ella dejo de esperarlo la navidad pasada, el nunca respondió su ultima carta, jamás volvió a saber nada de el, seguramente en sus misiones encontró a una mujer que lo hizo feliz, estaba triste por ello, pero también un gran odio la embargaba. Si hubiera tenido al menos el valor de decírselo, el valor de hablarle a la cara o al menos por una carta o teléfono, pero simplemente desapareció, llamo a su regimiento, pero nadie podía decirle donde estaba “claro, es para que no pueda hablar conmigo y no tenga que apenarse” pensó la ultima vez que llamó y perdió las esperanzas en encontrarlo. Miró el cielo azul y una lagrima resbaló por su rostro “idiota” pensó, se limpio la lagrima con la nota de papel amarillento, la arrugo en su puño y la lanzó al cesto de basura, lista para matar todo recuerdo de ese hombre que la hizo sufrir tanto…
ok, eso fue trágico...
ResponderEliminar