Llevaba dos días en ese puesto de avanzada camuflado como palmera, la espalda le dolía, ya se había cansado de la comida enlatada, pero no tenia derecho retirarse el puesto hasta que se confirmara el detenimiento del avance enemigo. De repente su radio comenzó a sonar, en clave Morse le avisaban la llegada del enemigo. Cargó su rifle Arizaka con escope, ubicó sus granadas, examino que las minas Betty siguieran en su lugar y preparo su C4 colocado en zonas estratégicas.
Un regimiento de 200 hombres se acercaba por el horizonte, y tenían tres acorazados…tomó el detonador del C4 listo para activarlo cuando pasaran los vehículos, las minas matarían a los soldados enemigos, los que aun quedaran serian presa fácil de un rifle preciso…estaban a dos metros del campo minado, respiraba con agitación…un metro, el sudor le escurría por toda la cara…estaban a punto de pisarlas, preparó la mira, respiro hondo y unas explosiones llenaron el aire, brazos y piernas volaban por todas partes, los acorazados abrieron fuego a ciegas, mientras el admiraba la revuelta de sangre. Vio le momento adecuado y presiono el botón, mas explosiones y los tres acorazados terminaron reducidos a fierro retorcido y humeante, apunto el rifle y comenzó a volar cabezas a todos lo sobrevivientes, de repente sintió una bala rozarle la cabeza, se encogió y miro por el escope…un francotirador estaba tras todas las líneas y lo podía ver directamente al el, ambos jalaron el gatillo casi a mismo tiempo y las balas entraron por el lente de aumento de ambos snipers…la sangre salpico a los soldados cercanos al enemigo, y toda su sangre se esparció sobre la comida de lata y sobre una carta…una carta que le informaba sobre el nacimiento de su hijo, su esposa lo esperaba en casa, si salía de ahí ese sería el ultimo trabajo para la milicia, el ultimo gesto que pudo hacer fue activar una granda…si el enemigo pasaba su trinchera, al menos no rescataría nada de importancia para su nación.
Avanzaban con cuidado, el campo minado podía aun tener trampas, pasaron junto a una gran palmera y la miro, estaba chamuscada en el tronco y la copa había sido explotada, se agacho y tomo un pedazo de papel, trato de leer algo pero toda la tinta estaba borrada, se limpio el sudor de la frente con el y lo arrojo cerca de un casco camuflado, la sangre que estaba en el aun escurría y se podía ver en el fondo la foto de una mujer muy bella, morena, pero su rostro no se distinguía, una bala destrozo ese fragmento excepto por la sonrisa blanca bajo la marca de la bala ensangrentada…
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