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13 de abril de 2010

el sueño


Corría por el pasillo a lo máximo que daban sus piernas, solo podía pensar “piernas no me fallen, piernas no me fallen”, miraba hacia atrás constantemente, asegurándose de perder a su perseguidor y tratando de ubicarse en el lugar, pero no distinguía nada, era solo un pasillo interminable sin puertas ni ventanas. De pronto resbalo y sintió como toda la fuerza se le iba, cayó de bruces en el suelo de mármol, miro hacia atrás, ahí estaba su cazador, un hombre de capa larga color rojo escarlata, un sombrero a juego de copa corta y unos zapatos de charol negros.
Caminaba hacia el con una mirada diabólica, sus ojos fijos y muy abiertos, mientras sonreía y enseñaba su dentadura blanca. Cuando estaba a menos de dos metros, metió la mano en su gabardina y sacó de ella una pistola calibre 9mm, el sujeto comenzó a reír fríamente ante la expresión de pánico de su presa y le explico el tipo de balas que cargaba, 9mm expansivas, capaces de reventar una palca de acero de un solo tiro. El terror comenzó a embargarlo y se levantó, pero el sonido del arma cargándose lo detuvo en seco, el sujeto se acercó lentamente y le susurro al oído con voz fría y muy grave “ambos sabemos que esto no es justo ¿cierto?” volteó y el hombre ya no estaba, y su voz volvió a sonar en sus espaldas, “te daré un arma y pelearemos justamente por la supervivencia ¿te parece? Aunque no te parezca, lo harás”, le colocó una pistola en la mano y lo volteó.
Ambos estaban cara a cara, ambos alzaron sus armas al mismo tiempo y el cazador jaló el gatillo, esquivó la bala y tirado en el piso disparo tres veces, una bala impacto la pierna de su objetivo, la segunda en su pecho y la tercera en su mano, esta ultima hizo que un chorro de sangre saliera del cuerpo y le manchó la cara y las manos, el cazador cayó de espaldas y solo logró decir “has ganado…puede-s sa-salir…” una puerta camuflada se abrió a su lado derecho, este corrió hacia ella y una luz blanca extrema lo obligo a cerrar los ojos…
Los volvió a abrir y estaba mirando el techo de su habitación, se levantó se rascó la cabeza…que sueño mas raro…y aun así, pareció tan real…no, solo fue un sueño. Se dirigió al baño, abrió la regadera y e metió, comenzó a lavarse el cabello y al abrir los ojos casi se desmaya. El suelo de la regadera estaba lleno de sangre, el estaba bañado en sangre…salio corriendo del baño…gritó lo mas fuerte que pudo…su cuarto estaba lleno de sangre embarrada por todas partes. Se puso lo primero que encontró de ropa y corrió a la puerta…nada…estaba cerrada por fuera con cadenas…no, no ¿que pasaba? No podía entender nada y derepente una risa fría le helo la sangre…miro hacia el sillón de la sala y no pudo ni gritar del miedo. Un sombrero escarlata estaba sobre la mesa y podía ver el cuello de una gabardina negra asomándose sobre el respaldo del mueble, la risa siguió un largo tiempo, hasta que el personaje se levantó y con la misma mirada penetrante le dijo casi sobre la nariz “esos tres disparos dolieron demasiado ¿sabes?”
De nuevo pudo escuchar como se cargaba la pistola y su cazador le dijo “te devolveré el favor, no te preocupes, no dejaré que te pudras aquí, dejare que te encuentren” y sin aviso le disparo en la pierna, la bala le abrió un hueco en el fémur y lo dejo tirado en el piso. Otra bala y esta le dio en el brazo derecho…el dolor era insoportable no podría resistir mas…el cazador apunto de nuevo, y esta vez a su cabeza, comenzó a reír y la bala entro certera entre los ojos mientras reía fríamente pisaba el cráneo de su presa…

Increíble que se suicidara…y mas que fuera parte de un grupo satánico, nunca lo espere de el. En las noticias pasaban el caso de un loco que mato a 15 personas y toda la sangre la esparció por su casa, dejando que su última presa fuera el mismo, mutilándose hasta el final... “lastima por el” decía en el bar que veía las noticias. “supongo que nunca se logra conocer bien a la gente” una voz fría sonó cerca de el, un hombre alto, de gabardina escarlata y zapatos negros se le acercó y se sentó a su lado, ambos platicaron largo rato… pero le preocupaban los ojos penetrantes con los que el extraño lo miraba…

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