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21 de abril de 2010

la consola


“Venga, avancemos con cuidado” el sargento comenzó a avanzar agachado entre el pasto y los demás los siguieron. Cuatro soldados estaban en el escuadrón “LOBO” y tenían de objetivo remover todo dato sobre el próximo ataque aliado… siguieron Avanzando Entre la hierba, agachándose ante cualquier patrulla de perros y mirando constantemente hacia atrás. “Estamos a treinta clicks del objetivo” dijo el sargento y activo su radar “treinta clicks… ¿que tan difícil es decir a 30 metros?” pensó, desde hace mucho se cuestionaba varios de los términos militares, si estaba en el ejercito era simplemente para que nadie lo buscara, tenia demasiado que olvidar y no pensaba perdonarlos…
“muy bien, el Sniper, mantente atento aquí, cúbrenos en caso de peligro. El resto, avancemos” de inmediato el francotirador cambio a su barret .50cal y corrió hacia un montículo de hierba, donde se quedo agazapado. Los demás avanzaron con cuidado, miraba hacia todos lados, sabia que entrar en un bunker enemigo ya era casi un suicidio, ¿pero arriesgarse tanto solo por una pequeña carta? ¿No era eso una idiotez? Bueno ya no importaba si lo era o no, acepto la misión y tenia que terminarla… “Listo ya estamos a punto de llegar, todos preparen sus rifles, entraremos rápido, fácil y sin miramientos ¿entendido?” todos asintieron y cargaron los rifles, entrarían a la fuerza, con exceso de fuerza y vaciando cartuchos a mas no poder, eso le fascinaba, el echo de saber que mataría a diestra y siniestra lo hacia sentir emoción… Se acercaron a la puerta, sacaron tres granadas aturdidoras y las prepararon, reventaron la puerta con un mortero y lanzaron las grandas, al oír el estallido entraron vaciando todas las balas en el cuarto, pero solo destrozaron computadoras y cajones. No había nadie…
“¿Qué demonios?” dijo el superior y rebusco por todas partes para encontrar la carta, mientras los demás estaban apuntando a todos lados buscando objetivos, pero nada, ni cámaras, nada que fuera útil, y las computadoras no eran muy buenas… ¿Qué estaba pasando? El radio comenzó a sonar y todos escucharon atentos “señor, aquí el FCA, estoy observando a varios tangos acercándose a ustedes, no puedo abrir fuego, repito varios tangos en su posición, imposible disparar. Salgan de ahí, salgan rápido”.
“tomen todos los papeles que puedan y larguémonos de aquí” les gritó el sargento mientras abría las gavetas y se guardaba todos los papeles en los bolsillos, empezaron a hacer lo mismo y salieron corriendo, de pronto una alarma sonó por todo el complejo, ya los habían descubierto…no, los enemigos también corrían fuera del conjunto de bunker sin siquiera mirarlos ¿qué pasaba?... “Señor ¡corran, salgan de ahí! ¡Un misil depredador ha sido disparado! ¡Salgan ya de ahí!” se corto la señal del francotirador, lo vieron a lo lejos levantarse y correr con los otros objetivos… un silbido comenzó a sonar, miraron al cielo y vieron algo que parecía una estrella fugaz…no, era el depredador, y estaba ya bajando hacia ellos… solo pudo dar diez pasos antes de la explosión, al sentir el calor, pensó en su hermano con quien jamás se reconcilio…si tan solo hubiera hablado con el…el fuego que salio del bunker los trago mientras escuchaba los gritos de sus compañeros, todos ya estaban calcinándose, y su traje estaba pegándose a su piel por el calor, era un dolor atroz, un dolor que le arrancó una lagrima…o quizá no fue el dolor de la quemadura…

“Objetivos confirmados: cinco” dijo mientras cerraba la consola por la cual manejo el misil “¿los cinco acabados con el depredador?” “no señor, cuatro del depredador, el otro era un francotirador que escapaba, lo acuchillaron poco después del estallido” miro de nuevo la computadora, se sintió aliviado de haber sacado a tiempo a la gente del bunker, y una alegría interna lo embargó al saber que cuatro enemigos ya estaban muertos…y todo esto por su hermano, increíble que aun después de dos años aun no lo encontrara, aunque no podía culparse, sus creencias políticas lo sacaron del país. Estaban listos para reconquistar su nación, y si matar a cientos de personas era necesario…estaba dispuesto a hacerlo, pero, aunque no sabía por que, sentía una intranquilidad en el pecho, como si hubiera cometido un error al matar a esos cuatro objetivos enemigos…

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