Luna y Canción

Estaba meditando de espaldas en el techo, contemplaba las estrellas y la sonriente Luna que se asomaba entre las nubes. Lentamente su ser fue inundandose de alegría, por el amor, por el cálido viento nocturno que le golpeaba la cara...por la vida en sí. Recordó los momentos mas felices de su vida, cada momento era un néctar que pasaba en su lengua y dejaba un sabor muy dulce.
Una canción sonaba en su cabeza, era una melodía que no recordaba donde la escuchó, pero si sabia por que le gustaba. Mientras de sus labios salía la tonada, se levantó y sonrió a la Luna, quien parecía entender su mirada y trataba de esconderse tras una nube. Pero podía verla, veía la luz que emitía y se embriagó de felicidad.
Comenzó a danzar al rito me la canción, con círculos muy cerrados al principio, pero sus pies comenzaron a tomar confianza del terreno y cada vuelta aumentaba de tamaño y complejidad de pasos.
Desde lo alto, la Luna comenzaba a asomarse como una espía que no resistía las ganas de ver mejor un espectáculo como aquel, las suertes que realizaba eran soberbias, pero cada una era mas peligrosa que la anterior. Y la Luna seguía mirando desde lo alto, su luz era el reflector para el baile de abajo...mientras durará tal.
Su corazón brincaba de alegría, se movía de manera frenética, el ritmo de su corazón estaba exigiendo mas movimiento, mas saltos, mas vueltas, mas de todo. Cerró los ojos y dejose llevar por su ritmo interno, pero el suelo no fue tan benevolente como la luz, como si hubiera esperado el momento en que cerrará los ojos, la punta de su pie dio en un pequeño desnivel. Con un giro cayó por uno de los lados del techo, tres pisos pasaron hasta que el cuerpo se relajó dando un golpe seco con el suelo, Los pajáros que domitaban en un árbol cercano salieron volando, como si temieran ser llevados con el alma que acababa de perderse.